No existen los milagros, pero si estos 10 mandamientos que te ayudarán a tener una piel más sana y bonita. La constancia y un ritual constante de mimos son la clave para una piel sana pero también la combinación de distintos activos, gestos y productos en nuestra rutina de cuidado facial para lucirla bonita y luminosa. No hay que dejarnos engañar porque la piel perfecta no existe. La piel cambia cada día, cada estación, con granitos, marcas, manchas, a veces está mejor, otras peor… y lo ideal es identificar nuestras necesidades y tener una buena rutina para lograr la mejor versión de esta.

Preguntamos a Elisabeth Álvarez, fundadora de los centros INOUT, psicóloga y coach beauty que acaba de lanzar su primer libro Guía para una belleza inteligente (Plataforma Editorial) para resolver dudas y descubrir los mejores trucos para una piel real, sana y estupenda.

10 mandamientos para una piel sana

Trata tu piel con suavidad. Evita los limpiadores fuertes o el agua muy caliente y después de tu limpieza facial, sécate a toquecitos sin arrastrar con la toalla y procura que esta sea solo para ti. Observa qué cambios tiene tu piel y cuáles son sus necesidades para aportarla lo que necesite en cada momento.
Mantén una rutina. No hay cremas ni cosméticos milagrosos. La clave está en la constancia, también nos lo contaba la modelo Nieves Álvarez, y es así. Empieza por una buena limpieza de tu piel para que todos los cosméticos que apliques después (sérum, crema, protector solar) se absorban mejor.
No te toques los granos. Aunque tengas la tentación de tocarte un grano que te ha salido de repente en tu piel del rostro, nunca lo hagas. Conseguirás empeorar la infección y provocar cicatrices.
Protege tu piel los 365 días del año. No te olvides de proteger tu piel de los rayos UV del sol con un protector solar todo el año. Con un mínimo de FPS 15 en invierno y 50 o 50+ en verano.
El cuello y el escote también existen. Y forman parte de tu rutina diaria. Y es que están tan expuestos como el rostro y necesitan los mismos cuidados que este. Límpialos, hidrátalos y protégelos del sol.
Limpia tus brochas de maquillaje. Es habitual olvidarnos de que las brochas de maquillaje necesitan una limpieza regular al menos de una vez a la semana. Así evitarás infecciones en la piel, granitos, rojeces…
Duerme bien para tener una piel bonita. El sueño es reparador y dormir lo suficiente es una de las formas de ayudar a la piel sin necesidad de productos. Repararás el colágeno y los daños de la exposición solar producidos durante el día. Y acuérdate de dormir boca arriba porque si lo haces de lado o boca abajo, friccionar la piel y aceleran los signos de expresión tanto en el rostro como en el pecho.
Somos lo que comemos. Tu piel es un espejo de tu estilo de vida, tus costumbres y de tu salud tanto por dentro como por fuera. Así que procura comer siempre sano porque tu piel te lo agradecerá.
Haz ejercicio. Con él aumenta tu flujo sanguíneo y permite que tu piel reciba más nutrientes ayudando a que esté más sana y con mejor aspecto.
Gestiona el estrés. La piel es muy sensible al estrés y esto afecta a nuestra barrera de protección, provocando granitos, dermatitis o herpes, entre otras enfermedades cutáneas.