Tips para proteger a tu piel del sol
1. Estar alerta. La cara, la cabeza, la espalda, la planta del pie. Cualquier parte de tu cuerpo puede ser blanco del cáncer de piel. Por eso, mira tu piel y la de los que tienes cerca. Lleva tus dudas a un dermatólogo. Que tus manchas estén bajo control.
2. Tipo de piel. Todos tenemos que cuidarnos, pero especialmente las personas de piel y ojos claros. Las que siempre enrojecen y nunca se broncean deben estar más alertas. También aquellas que tengan muchos lunares.
3. Hábitos. Quienes se exponen o se expusieron al sol en forma excesiva o hayan sufrido quemaduras solares importantes tienen mayor riesgo de padecer cáncer de piel. Los efectos de los rayos ultravioletas son acumulativos y producen cambios irreversibles en la estructura normal de la piel.
4. Herencia. Las personas con antecedentes familiares de cáncer de piel deben prestar mucha atención y controlarse más seguido.
5. Señales. Algunos de los signos de alarma más frecuentes son la aparición de manchas o lunares nuevos. También los cambios de color, forma, textura o tamaño en los de siempre; las heridas que no cicatrizan; cualquier mancha que pique, arda, descame o sangre.
6. Aire libre. Cualquiera sea la actividad que se realice es importante estar siempre protegidos del sol. Muchos no saben que las nubes permiten el paso de las radiaciones ultravioletas. No hay que olvidar que la arena, el agua y la nieve reflejan los rayos y aumentan su acción.
7. El reloj. Entre las 10 y las 16 elegí la sombra, porque en estas horas los rayos ultravioletas son más dañinos.
8. Protector solar. A la hora de elegir un producto, busca los de amplio espectro –que protejan contra los rayos ultravioletas A y B-. En cuanto al factor de protección solar (FPS): como mínimo, 15. Para pieles muy claras o exposiciones intensas, sugerimos que no sea menos de 30. Recuerda colocarlo 30 minutos antes de cada exposición y volver a aplicarlo cada 2 ó 3 horas.
9. Objetos aliados. Sombreros de ala ancha, remeras y anteojos de sol con filtro UV certificado ayudan a reforzar la protección contra las radiaciones ultravioletas.
10. Los tuyos. Protege a tu familia también en cuestiones de piel. Si hay chicos en casa recuerda que antes del primer año de vida no deben ser expuestos al sol en forma directa. En caso de exposiciones ocasionales, a partir de los 6 meses pueden usar protectores solares.
11. Futura mamá. Las embarazadas deben reforzar su protección contra las radiaciones ultravioletas, ya que los cambios hormonales propios de esta etapa provocan alteraciones en la coloración de la piel, que se agravan con la exposición al sol.
12. La belleza. El sol y las camas solares producen un envejecimiento prematuro (arrugas y manchas) y aumentan sensiblemente el riesgo de padecer cáncer de piel.
13. El espejo. El cáncer no sólo aparece más frecuentemente en las partes del cuerpo que estuvieron expuestas al sol. Es importante realizarse un autoexamen en forma periódica, de frente, de espaldas, con la ayuda de los espejos. La cara, la cabeza, la espalda, el cuello, el pecho, los hombros, las axilas, los brazos y antebrazos, las manos, las uñas, los glúteos, los genitales, los muslos, las piernas, las plantas de los pies. Las manchas sospechosas pueden aparecer en cualquier sitio.
14. Las estadísticas. El cáncer de piel es la forma más común de cáncer en el ser humano. La exposición reiterada a las radiaciones ultravioletas –provenientes del sol o de las camas solares- es la causa más frecuente y la única que tiene prevención.
15. Tu dermatólogo. Es importante visitarlo al menos una vez al año. Él es quien más sabe de la piel, el que mejor puede controlarla y enseñarte a cuidarla.
16. Vitamina D. Mantén tus niveles de vitamina D en forma segura con una dieta sana, ingiriendo alimentos ricos en vitamina D, enriquecidos (por ejemplo, lácteos) o, si es necesario, suma suplementos (indicados por su médico). No busques exponerte más al sol.
Fuente: entremujeres.clarin.com