Alergia a la picadura de insectos

Las picaduras de insecto son frecuentes en pediatría, y el estudio de las alergias que pueden provocar es importante y poco conocido.
Alergia por picadura de insecto
Alergia por picadura de insecto

En la población infantil, especialmente en la época estival, son frecuentes las picaduras de insectos. Éstas pueden llegar a producir reacciones alérgicas, algunas graves, creando gran alarma entre los padres, y constituyen un motivo frecuente de consulta al pediatra de Atención Primaria.

La alergia a picadura de insectos es un tema tan antiguo como poco conocido y estudiado. Si nos remontamos al año 2621 a. C, en Egipto, ya se hacía referencia a este tema en los jeroglíficos de la tumba del faraón Menes, que murió por la picadura de una avispa. Y es que, ¿a quién no le ha picado nunca una avispa, una abeja o un mosquito?

La reacción por picadura de himenóptero (avispas, abejas, hormigas) puede variar desde una reacción local (afectación de una extremidad) hasta un cuadro de anafilaxia que puede producir la muerte.

En nuestro país se ha profundizado de una forma más intensa en la parte de alergia a veneno de himenópteros por las reacciones que producen y, por ello, en este artículo le dedicaremos una mención especial.

Las picaduras por dípteros (mosquitos, moscas y tábanos) son también un motivo frecuente de consulta entre los pacientes pediátricos. La reacción que producen es más leve que las producidas por picadura de himenópteros y no suelen corresponderse con una reacción alérgica mediada por inmunoglobulina E (IgE) específica.

En otros países, como en el Sur de Estado Unidos, Australia, Filipinas o China, cobran relevancia las reacciones por picadura de formicios (hormigas). La hormiga roja de fuego, Solenopsis invicta, procedente de Sudamérica es la que produce mayor número de reacciones alérgicas.

¿Qué insectos pueden producir una reacción alérgica?

Todos los insectos que pican pueden provocar reacciones alérgicas.

Los insectos que más frecuentemente pican a los niños son los mosquitos y los más peligrosos, por las reacciones de hipersensibilidad que pueden producir, los himenópteros (avispas, abejas y hormigas). Otros insectos, como tábanos, pulgas, orugas (procesionaria del pino) y arañas, también pueden producir reacciones de hipersensibilidad.

Los insectos producen en la zona de la picadura una reacción local y sus manifestaciones clínicas (eritema, prurito, edema) suelen ser similares, por lo que es difícil filiar el insecto concreto que la ha producido.

Las pulgas (sifonápteros), parásitos hematófagos, pueden causar reacciones alérgicas cutáneas (urticaria, lesiones papuloeritematosas distribuidas a lo largo del trayecto de un vaso sanguíneo, etc.). La especie que más frecuentemente afecta al hombre esPulex irritans.

¿Qué reacciones producen los insectos?

Las reacciones se dividen en dos tipos: inmunológicas (o alérgicas) y no inmunológicas.

Las primeras son las comúnmente llamadas “reacciones alérgicas” y están mediadas por IgE y pueden afectar a una zona concreta (reacción local) o generalizarse (reacción sistémica).

Las reacciones locales suelen consistir en eritema, inflamación, dolor y prurito de la zona donde ha ocurrido la inoculación del veneno. Las reacciones generalizadas o sistémicas son aquellas que afectan a varios órganos u aparatos y que pueden adquirir tal gravedad que pueden llegar a comprometer la vida (anafilaxia).

Por su parte, las reacciones no inmunológicas son aquellas producidas por los componentes del veneno del insecto. Este tipo de reacción suele aparecer entre uno o dos días tras la picadura y se reconoce por un eritema con o sin edema de la zona circundante. El diámetro suele ser menor de 10 cm y la intensidad del dolor puede variar. Este tipo de reacciones suele ser leve y no tiende a generalizarse.

Fuente: Pediatria Integral

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