Dermatitis atópica

Muchos bebés sufren eccemas en la piel durante los primeros años de vida. La responsable: una enfermedad llamada dermatitis atópica.
Dermatitis Atópica
Dermatitis Atópica

La dermatitis atópica puede presentarse como un eccema leve y de fácil tratamiento o como uno severo que llega a condicionar la vida del niño. Los padres sufren al ver que su hijo no consigue dormir cuatro o cinco horas seguidas por la noche, que el prurito le altera, que está malhumorado… Entonces se suceden las preguntas del tipo: ¿Qué es esta enfermedad?, ¿por qué se produce?, ¿no podemos ayudar al niño? Y sí tienen respuesta.

¿En qué consiste la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que produce picor intenso y descamación. Tiene brotes; es decir, periodos de mejoría y de empeoramiento.

Se desconoce la causa. No existe ningún alérgeno que la provoque, aunque muchos niños tienen familiares alérgicos al polen o a otras sustancias, y ellos también pueden sufrir asma u otro tipo de alergia.

Algunos expertos piensan que se debe a un defecto en la maduración de los epitelios (células) de la piel. De ahí que pueda desaparecer con el paso de los años. No es contagiosa.

¿Cuáles son los síntomas?

La dermatitis atópica en bebés se nota porque en algunas partes del cuerpo aparece un eccema o inflamación de la piel que produce enrojecimiento y un picor intenso. En esas zonas rojas puede haber vesículas llenas de líquido transparente que se rompen y forman costras (eccema agudo), o aparecer descamación, endurecimiento y engrosamiento de la piel (eccema crónico).

¿A qué edad se manifiesta?

El eccema atópico puede afectar a niños y adultos. Suele aparecer entre el segundo y tercer mes de vida y mejorar hacia el segundo año. En los bebés menores de dos años predomina el eccema en las mejillas, el pecho, los brazos y las piernas. A partir de los dos años son más frecuentes las lesiones en los pliegues del cuerpo (codos, cuello), manos, pies y orejas. Pueden surgir eccemas en los párpados y la boca, y manchas blancas en la cara.

¿Cómo se reconoce el brote?

Empieza con picor y enrojecimiento. Conviene consultar al médico para aplicar el tratamiento cuanto antes y evitar que vaya a más.

¿Necesita cuidados especiales?

Cuidar la piel y evitar los factores que desencadenan los brotes de dermatitis atópica son medidas tan importantes como el tratamiento farmacológico.

  • Muchos niños tienen la piel muy seca. Necesitan hidratación diaria, incluso dos o tres veces al día. La crema no debe contener alcohol, perfume ni otros elementos irritantes. Hay que ir probando hasta encontrar la que mejor le va a nuestro hijo.
  • Conviene evitar las temperaturas extremas: tanto el frío como el calor resultan irritantes.
  • Es primordial mantener las uñas del niño cortas y lavarse las manos con frecuencia.
  • Si algún alimento empeora las lesiones, hay que eliminarlo. Si no, el niño debe seguir una dieta normal.

¿En qué consiste el tratamiento?

No existe ningún fármaco que cure la dermatitis atópica. Los medicamentos alivian los síntomas durante los brotes. La clave está en usarlos bien para mantener la enfermedad bajo control. Se utilizan los siguientes, solos o combinados:

  • Corticoides. Tienen un rápido efecto antiinflamatorio. Se usan en crema o pomada sobre las lesiones durante periodos breves. En los brotes muy severos, el médico puede recomendar un corticoide oral o inyectable.
  • Inhibidores tópicos de la calcineurina. Están indicados para mayores de dos años, pero los médicos también los recomiendan en algunos menores. Son seguros si se aplican durante poco tiempo.
  • Antihistamínicos por vía oral. Se emplean en algunos casos por su efecto sedante, cuando el pequeño está muy nervioso. Son fármacos seguros.
  • Antibióticos. Cuando el niño al rascarse se ha hecho heridas y estas se han infectado.

¿Conviene bañarle todos los días?

El agua reseca la piel. Basta con la higiene diaria y una ducha de agua templada cuando el niño se ensucia o está sudoroso, un máximo de dos o tres veces por semana. Se debe utilizar jabón sin detergente de pH ácido (inferior a 7). Después del baño, se seca ligeramente la piel con toques suaves, sin frotar, y se aplica crema hidratante.

¿Puede vestir prendas de fibra?

No, ni tampoco ropa de lana ni prendas gruesas o rugosas que pueden irritar la piel. Son perjudiciales los apliques de plástico y de goma de la ropa. Los tejidos deben ser suaves, ligeros y transpirables, de algodón o lino.

No es conveniente que el niño esté muy abrigado, ya que el calor y la sudoración reactivan el eccema.

La ropa de cama debe estar confeccionada con tejidos naturales.

¿Es necesario realizar pruebas alérgicas?

Si el niño tiene algún síntoma de alergia (rinitis, diarrea, asma…) o la dermatitis empeora a pesar del tratamiento, el médico puede recomendar estas pruebas. Así averiguará si tiene alergia a algo que está en contacto con su piel o a sustancias que inhala.

¿Puede desaparecer?

El primer y segundo año de vida suelen ser los más difíciles porque las enfermedades típicas de estas edades (catarros, gastroenteritis, otitis…) agravan las lesiones de la piel. La mayoría de los niños mejoran notablemente después del segundo año.

Fuente: Ser padres

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