Los genitales no son los únicos órganos sexuales de nuestro cuerpo, pues uno de los más poderosos nos cubre desde la cabeza a los pies: La piel. Esta es la que recibe esos primeros flechazos cuando nos ponemos nerviosas ante nuestra pareja y es la que más se estremece cuando nos tocan suavemente.
La autora del libro ‘La mejor guía sexual para hacer el amor de forma extraordinaria’, Ivonne Fulbright, afirma que el contacto piel con piel provoca la producción de la hormona oxitocina y ayuda a soltar endorfinas.
Además, la estimulación de la piel de tu pareja incrementa la sudoración, lo que ayuda a liberar esencias naturales que excitan de forma inminente.
Sigue estos pasos que te damos para lograr relaciones sexuales más creativas y explorar todos tus sentidos:
1. Relax total
Existen unas partes del cuerpo más sensibles que otras, por lo tanto estas requieren de mayor estimulación en momentos previos al sexo. Detente en las áreas donde crezca más vello corporal. (¡Ojo! esto no incluye los genitales). Un estudio publicado la revista «Naturaleza y Neurociencia» indicó que las caricias sobre las partes más velludas de la piel ayudan a estimular los nervios táctiles, también conocidos como fibras de placer.
Acaricia los brazos y la nuca de tu pareja suavemente, esta practica activará el sistema nervioso parasimpático que induce a la relajación total del cuerpo.
2. Exploración corporal
La acción de tocar la piel es un mensaje directo que llega al centro sexual del cerebro y anticipa los genitales para el sexo. Las zonas más erógenas del cuerpo son los órganos reproductores, los pezones y tetillas, y la cola; pero regiones como la ingle, la parte baja de la espalda y el pubis son también bastante sensibles. Tocar suavemente estas áreas con los dedos y la lengua ayudará a la excitación primaria. Puedes intentar lamer en línea recta desde su ombligo hasta el pubis sin tocar su miembro. Luego comienza a chupar la piel de sus muslos delicadamente y alrededor de la ingle, esta reacción provocará en él la erección inmediata.
3. Masaje facial
Seguramente sabrás de las bondades de un masaje facial en un Spa o centro de belleza, y la sensación de relajación que este provoca. Por eso, lleva un poco de esos lugares a tu cama, y deja que él sienta toda esos efectos que producen los masajes en el rostro.
La mejor forma es que el se acueste boca arriba y ponga su cabeza sobre tus piernas, así tendrás la facilidad de acariciar la totalidad de su cara y cuello. Empieza con líneas rectas sobre su frente, pasa por sus mejillas y llega a su barbilla. Luego masajea sus pómulos, contorno de ojos y nariz. Deja pasar tu dedo pulgar sobre sus labios suavemente. Este recorrido aumentará su flujo sanguíneo y estimulará su sensibilidad cutánea.
Fuente: Fucsia