Dependiendo del tamaño y el peso corporal su superficie es de 1,5 a 2 metros cuadrados. La piel y el tejido subcutáneo tienen un peso medio de 3,5 kg lo que representa alrededor del 16% del peso corporal.
Junto con las estructuras complementarias llamadas faneras, como pelo, uñas, glándulas sudoríparas, glándulas olfativas y glándulas sebáceas, la piel caracteriza el aspecto único de los seres humanos y también cumple con una serie de funciones:
- Protección: la piel protege el interior del cuerpo de las influencias externas.
- Regulación térmica: los vasos sanguíneos de la piel se estrechan o ensanchan para regular la temperatura corporal. El sudor también es una reacción fisiológica de la piel que ayuda a controlar la temperatura corporal.
- Recursos hídricos: la piel protege al cuerpo de la pérdida excesiva de líquidos, al tiempo que permite la pérdida de líquidos específicos (con drenaje de ciertos fluidos y sales).
- Sentidos: la percepción del calor o del frío, el tacto y el dolor se hace a través de la piel.
- Sistema inmunológico: la piel contiene muchas células del sistema inmunológico, como los mastocitos, las células de Langerhans y las células T.
- Intercambio de información mediante señales del cuerpo: la expresión de una reacción emocional puede ser rubor o palidez. Estas reacciones se producen a partir del ensanchamiento o estrechamiento de los vasos sanguíneos de la piel que se produce principalmente en el área de la cara, cuello y escote.
La piel está formada por diferentes capas, que cumplen funciones diferentes. Se clasifican por su estructura en las siguientes zonas:
- Epidermis o piel exterior
- Dermis
- Hipodermis o tejido subcutáneo
Cada capa de la piel tiene varias funciones. Mientras que el tejido subcutáneo sirve para almacenar grasa, la epidermis forma una cutícula protectora. En la dermis se encuentran estructuras importantes, que son, en parte, responsables del sentido del tacto. En la epidermis y dermis superior también están las células T (células especializadas del sistema inmunológico).
Fuente: onmeda.es