¿Estás siguiendo las recomendaciones para mejorar tu rosácea pero sigues sin notar resultados?
No siempre es fácil. A la hora de cuidarse hay muchas cosas a tener en cuenta y al principio es probable que cometas algunos errores.
Por eso he preparado esta lista con 4 errores que debemos evitar a la hora de cuidar nuestra piel.
1. Tratar inadecuadamente la resequedad de la piel
Tu piel tiene una barrera protectora formada a partir de lípidos naturales que la mantienen hidratada y protegida de irritantes externos.
La edad, las hormonas, el aire seco, la genética, el uso de productos abrasivos o las exfoliaciones frecuentes, acaban dañando esta barrera y causan grietas microscópicas que permiten que la humedad de la piel se escape dejándola seca y escamosa.
A su vez, esto facilita que los agentes irritantes traspasen la barrera protectora, haciendo que la piel se vuelva más sensible y propicia al ardor y la comezón, incluso cuando usamos productos para pieles sensibles.
Una buena forma de proteger esta barrera es usar aceites ricos en ácidos grasos parecidos a los que componen nuestra piel.
Al usar estos aceites corregirás la falta de hidratación y humectación necesarias para tener una barrera protectora óptima. Con el tiempo verás como la rojez y la irritación de la rosácea irán disminuyendo notablemente.
- Selecciona aceites y productos que se ajusten a tu piel y que sean no comodogénicos (que no obstruyan tus poros). En mi caso utilizo aceite de jojoba.
2. Lavar la cara con productos agresivos
Es probable que hayas oído que la suciedad y las bacterias obstruyen los poros de tu piel y que por eso te salen granitos. Tu primer instinto es lavarte la cara, pero… ¿es bueno hacerlo?
Normalmente viene bien lavarse la cara y más aún si vives en una ciudad con polución. El problema es no saber hacerlo, o mejor dicho, no saber con qué hacerlo.
Lo primero que debes hacer es comprobar las etiquetas de los productos que usas. Si contienen ingredientes como laurilsulfato sódico (SLS), lauril éter sulfato de sodio (SLES) o lauril sulfato de amonio (ALS) ya te puedes ir deshaciendo de ellos. La lista de ingredientes que afectan a la rosácea es muy larga; por eso te aconsejaría elegir productos que contengan la menor cantidad de ingredientes posibles.
También es importante conocer tu tipo de piel. El jabón se suele recomendar para las pieles muy grasas. En la mayoría de casos, una piel normal/seca no debería lavarse con jabón convencional. Si se usa algún tipo de jabón debería ser de una concentración muy baja y hecho a partir de aceites naturales. Algunas personas también recomiendan usar agua micelar.
- Evita los ingredientes más perjudiciales para la rosácea y lava tu cara con jabón de alepo (u otro jabón natural apropiado para tu tipo de piel) y/o agua micelar.
3. No realizar una prueba a los nuevos productos
No te arriesgues. Antes de usar un nuevo producto en tu rostro, pruébalo en otra parte del cuerpo. Hazlo incluso con aquellos dirigidos a pieles sensibles o los que solo contengan ingredientes naturales.
Una buena forma de hacerlo es aplicando un poco del producto en tu cuello, ya que la piel de esta zona es bastante fina y sensible.
Aunque no puedes estar seguro de que el producto vaya a reaccionar igual en tu cara, sí que puedes reducir bastante el riesgo y evitar aquellos productos que tu piel rechaza.
- Recuerda: Aplica un poco del producto en tu cuello y espera por lo menos 24 horas.
4. Introducir demasiados productos al mismo tiempo
Aunque tengas muchas ganas de probar todos los productos que acabas de comprar, siempre es mejor empezar despacio y con precaución.
Introduce los productos poco a poco y de uno en uno. No importa que los hayas probado en tu cuello y que parezcan inofensivos.
- Se paciente y espera por lo menos 5 días entre un producto y otro. Así, si alguno te empieza a hacer mal, será más fácil de detectar.
- Y tú… ¿Qué errores cometes o has cometido en el cuidado de tu rosácea?
Fuente: dominaturosacea.com