La dermatitis seborreica es una afección cutánea común y crónica que causa enrojecimiento, descamación y picazón, principalmente en las zonas donde hay mayor producción de grasa (sebo), como el cuero cabelludo, las cejas, los pliegues nasales y detrás de las orejas.
Aunque no es contagiosa ni peligrosa, puede ser molesta y afectar la autoestima de quienes la padecen, especialmente por su aspecto visible y su tendencia a reaparecer.
¿Por qué se produce?
La causa exacta de la dermatitis seborreica no se conoce por completo, pero intervienen varios factores:
- Exceso de producción de sebo: las glándulas sebáceas hiperactivas favorecen un ambiente propicio para la irritación.
- Presencia del hongo Malassezia: este microorganismo, que habita naturalmente en la piel, puede crecer en exceso y desencadenar una respuesta inflamatoria.
- Factores genéticos y hormonales: ciertas personas son más propensas a desarrollarla.
- Estrés, fatiga o cambios climáticos: pueden agravar los síntomas o provocar brotes.
¿Cómo se manifiesta?
Los síntomas varían en intensidad, pero los más comunes son:
- Zonas rojizas y escamosas en la piel.
- Caspa persistente (en el cuero cabelludo).
- Picazón o sensación de ardor.
- Descamación amarillenta o blanquecina que puede aparecer en cejas, barba, orejas o pecho.
En bebés, se conoce como costra láctea, y generalmente desaparece por sí sola con el tiempo.
Diagnóstico
El diagnóstico lo realiza un dermatólogo mediante una evaluación clínica de las lesiones. En algunos casos, puede ser necesario descartar otras enfermedades con síntomas similares, como psoriasis, rosácea o eccema atópico.
Tratamiento
La dermatitis seborreica no tiene cura definitiva, pero puede controlarse eficazmente con el tratamiento adecuado. Las opciones más comunes incluyen:
- Shampoos o cremas antifúngicas, con ingredientes como ketoconazol, ciclopirox o sulfuro de selenio.
- Cremas con corticoides suaves o inhibidores de la calcineurina, para reducir la inflamación en brotes severos.
- Rutinas de limpieza facial suaves, evitando productos irritantes o grasos.
- Hidratación regular, con fórmulas ligeras que ayuden a mantener la barrera cutánea.
En casos persistentes, el dermatólogo puede indicar tratamientos combinados o alternativos según el tipo de piel y la zona afectada.
Cuidados y prevención
- Lava el rostro y cuero cabelludo con productos específicos y no comedogénicos.
- Evita el estrés prolongado y procura dormir bien.
- Mantén una alimentación balanceada y limita el consumo de alcohol y azúcares refinados.
- Usa protector solar todos los días, incluso en días nublados.
- No te rasques las áreas afectadas, ya que esto puede empeorar la irritación.
La dermatitis seborreica es una condición frecuente que puede controlarse con hábitos de cuidado adecuados y tratamiento dermatológico. Mantener la piel limpia, equilibrada e hidratada es clave para reducir los brotes y mantener una piel más sana y confortable.
Si sospechas que padeces esta afección o notas descamación persistente, lo más recomendable es consultar a un dermatólogo para recibir un diagnóstico y tratamiento personalizados.
Siempre recuerda consultar con tu dermatólogo de confianza antes de iniciar cualquier tratamiento o rutina de cuidado de la piel. Tu salud merece atención profesional.



