Quien en los años noventa no picó con la idea de ponerse un ‘piercing’ y hacerse un tatuaje de aquellos que se borraban, mínimo se quedó con las ganas. Claro que aquellas tendencias tenían algo genial: se podían eliminar sin apenas dejar rastro. Sin embargo, un tatuaje real es, como se suele decir, para toda la vida, así que procura no tener que arrepentirte de tu decisión.
Lo primero, escoger un sitio que cumpla con las normativas. No te la juegues. Pero además de no ir a un tugurio infecto a que te claven agujas entintadas, es importante estar informado de los riesgos asociados a hacerte un ‘tattoo’. A ver, tampoco te vas a morir, pero está claro que no se trata de algo tan simple como probarte una chaqueta o calzarte unos pitillos, y debes ser consciente de lo que podría ocurrir antes de entregarte a las manos y el arte del tatuador.
“Los tatuajes son cada vez más comunes pero tienen ciertos riesgos para la salud que la gente desconoce”, explica la dermatóloga Marie Léger en ‘Live Science’, donde recoge las reacciones adversas que pueden darse en las personas que tienen tatuajes. Si estás completamente decidido o ya luces un bonito dibujo, quizás deberías tener en cuenta los peligros relacionados con llenar tu piel de tinta. Y algunos dan miedito.
1. Infecciones
Insistimos en que debes ser muy cuidadoso con el salón que escoges para hacerte un tatuaje. Es de cajón que si optamos por un sitio insalubre, la posibilidad de pillar una infección estará a flor de piel (nunca mejor dicho). Y ojo, porque no solo puedes cogerla porque el local esté en malas condiciones: desde el material de trabajo hasta el propio tatuador o la tinta pueden ser un foco de problemas para tu salud a medio y largo plazo.
Como explica Léger, en el año 2012 hubo un pequeño brote de infecciones de la piel en la ciudad de Nueva York y la fuente de las mismas se remonta a un lote de tinta gris que había sido contaminada con una bacteria llamada Mycobacterium chelonae. Los afectados por este producto en malas condiciones mostraron dolorosas erupciones cutáneas que les llegaron a durar varios meses. Casi nada para un tipo de bacteria cuyos parientes cercanos provocan tuberculosis y lepra.
Aunque, en el caso de darse, las infecciones más comunes relacionadas con los tatuajes son las bacterianas, la dermatóloga advierte que un entintado en mal estado también podría derivar en infecciones fúngicas y virales: “Las personas pueden incluso acabar con verrugas en la zona de piel tatuada”, asegura la experta. No nos alarmemos que tampoco son irreversibles. Simplemente, ándate con cuidado y si ves que tu ‘tattoo’ se pone rojo, se hincha o empieza a drenar, ve al médico cuanto antes.
2. Alergias
Pues sí, tu tatuaje puede darte alergia, y no precisamente nada más hacértelo. Hay muchos casos en los que la reacción alérgica surge de pronto en el segundo o tercer tatuaje aunque hayan pasado varios años entre un dibujo y otro. El problema es que cuando esto pasa, los antiguos también empiezan a picar y las distintas zonas se llenan de rojeces yaparecen diversos problemas cutáneos.
“Este tipo de alergias pueden ser difíciles de tratar”, advierte Léger. Normalmente con inyecciones o pomadas de esteroides se soluciona, pero en casos extremos, incluso hay que eliminar quirúrgicamente la piel tatuada.
3. Problemas dermatológicos ocultos
Sí, te queda superbonito esa alegoría étnica que te cubre media espalda, pero ese gran dibujo podría estar encubriendo problemas de salud. Si tapa una alergia esporádica o un grano infectado hasta te viene bien, pero ¿y si tu tatuaje no dejase ver un cáncer de piel?
Melanomas, basaliomas o carcinomas de células escamosas, se ocultan bajo la tinta y no se pueden detectar. Léger recuerda un caso ocurrido en 2013 en el que un hombre no descubrió que tenía un melanoma hasta que se sometió a un tratamiento para eliminarse el dibujo con láser . “Durante mucho tiempo, la tinta negra había encubierto el rápido crecimiento canceroso”, recuerda la doctora.
Los tatuajes pueden dificultar la labor de un dermatólogo cuando realiza un examen de piel o analiza lunares que puedan ser cancerosos, y con el cáncer de piel, la detección temprana es lo más importante.
4. Cuidado con el sol
Está claro, proteger nuestra piel del sol es fundamental para evitar problemas de salud, desde insolaciones hasta quemaduras o el mencionado y temido melanoma. Pero lo que mucha gente obvia es que con un tatuaje aumenta el riesgo de sufrir los efectos derivados de una exposición excesiva a los rayos solares. De ocurrir, el color de los tatuajes suele volverse plateado y la zona empieza a picar más intensamente que cuando nos hacemos una simple quemadura.
En 2014, un equipo de investigadores daneses trató de averiguar las consecuencias de esta peligrosa suma: tatuaje más sol. Tras analizar a un grupo de bañistas que habían estado expuestos a los rayos solares, descubrieron que el 42% de los que estaban tatuados mostraron algún tipo de reacción adversa como hinchazón, picores o enrojecimiento de la piel entintada. Además, encontraron que estos problemas cutáneos se daban en mayor medida en las personas cuyos tatuajes eran negros, rojos o azules, probablemente, explicaron, como consecuencia de que la tinta de estos colores contiene cadmio. ‘¡Menos mal! Mi duende es verde’, estarás pensando, pero no. Como advierte Léger, “otros colores también pueden causar problemas tras la exposición al sol”.
5. Quemaduras por pruebas médicas
Casi seguro que nunca lo habías escuchado, pero las personas con tatuajes pueden tener problemas para realizarse una resonancia magnética. Así quedó registrado en el año 2011 con el caso de un jugador de fútbol profesional cuyo tatuaje negro se quemó mientras le hacían esta prueba médica.
Una resonancia magnética (RM) es un examen imagenológico que utiliza imanes y ondas de radio potentes para crear imágenes del cuerpo. Normalmente indoloro, para la gente con tatuajes puede convertirse casi en una tortura. “De acuerdo con el informe del caso del deportista, las quemaduras se produjeron por las corrientes eléctricas formadas en el hierro de la tinta del tatuaje”, explica la experta dermatóloga, quien subraya que los pacientes con dibujos negros tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas durante una RM porque esta tinta tiene óxido de hierro. Pero no es la única: las rojas también pueden contener hierro y, por lo tanto, resultar igual de peligrosas en una simple visita a un médico especialista.
Fuente: vanitatis.elconfidencial.com